miércoles, 3 de noviembre de 2010

Bahía


El Sol acaba de bañar tu cara.
La madera de la habitación
parece de diferente color.
La luz resalta tu expresión...
Amanece en la bahía...
Tan sólo el sonido de las olas al romper en la orilla parda
y el silbato de un pesquero que anuncia su regreso.
...Parece la descripción de un cuadro paisajista...
Salgo medio desnudo al balcón...
no siento el corazón...
late tan lento y tranquilo
que me cuesta creer que sigo respirando...
Las gaviotas son lo único visible que se interpone
entre este Sol naciente y mi rostro.
Su canto, lo único que acompaña a la extraña música
del pesquero amarrando.
Huele a sal y huele a puerto...
¿estaré en el cielo por haber muerto?
La Paz se estremece con un "buenos días"
que sale de la habitación.
El pescador carga dos sacos llenos y los deja en una pequeña casa
con aires de improvisación.
Siete campanadas me dejan una sensación casi mística
y surgen los primeros humos de la chimenea del hostal.
La estancia está limpia y ordenada;
tan sólo las sábanas están revueltas...
Y la cama vacía.
No hay rostro bañado por el Sol...
ni el "buenos días" desde el fondo de la habitación...
Perdona por sentirte a veces tan intensamente
desde mi renovado corazón.
Sigo sintiendo la Paz de esta maravillosa realidad...
Sigo consciente en el Espíritu,
de esta incómoda soledad...
Pero es imposible entristecer sabiendo
lo que me regala la Vida...
como lo sentido esta mañana,
aquí...
en la bahía.


Francesc Romero

martes, 2 de noviembre de 2010

Les Tres


El rellotge ha tocat tres cops...
Ha mirat per la finestra un colom...
El pastís de poma surt del forn...

Crec que m´encanta aquesta olor...


Francesc Romero